Las bolsas ecológicas permiten reducir el impacto ambiental de las bolsas comerciales de plástico. El calentamiento global es una de las mayores amenazas del siglo XXI, y debe tenerse en cuenta. Por esta razón, la preocupación por el medio ambiente cada vez es mayor. Las bolsas de celulosa permiten ahorrar una gran cantidad de plásticos de un solo uso que en condiciones normales terminarían contaminando el planeta.
Ventajas de las bolsas ecológicas
Las bolsas de celulosa son biodegradables, de modo que cuando se terminan de utilizar pueden reciclarse en el contenedor azul. Además, su método de fabricación permite que la celulosa adquiera una gran resistencia, siendo posible usarlas en más de una ocasión para cargar pesos superiores a otros modelos del mercado. Por último, el precio unitario también es muy reducido, manteniendo bajo control el gasto para compras de una gran cantidad. Desde el punto de vista de la imagen, el uso de bolsas de celulosa se asocia a una mayor conciencia por el medio ambiente.
Tipos de bolsas ecológicas
Hoy en día existen en el mercado una gran cantidad de bolsas fabricadas a partir de diferentes compuestos orgánicos. Además de las bolsas de celulosa, también hay disponibles bolsas fabricadas a partir de fécula de maíz o de patata, muy similares a las bolsas de plástico, pero totalmente biodegradables, al poder ser compostadas como cualquier otro producto orgánico. Por último, también están disponibles las bolsas de tela fabricadas en algodón, un material completamente natural que no contamina y también es biodegradable, y que además garantizan la máxima longevidad al ser capaces de soportar un gran peso con un uso intensivo sin deteriorarse.
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